No toques esa canción.
No la toques más.
Se atascó tu lobo.
El surco se cubrió de polvo y moho
y su camino se perdio en pleno giro.
Lo comprobarás a más tardar en mis colmillos.
En tu ojal no colgarán marchitas; no
tan sólo calas inumerables calas
espirales insensibles, logarítmicas glaciales
y feroces las que sueñas.
Nadie acepta que vulneres la secuencia.
Nadie perdona balbuceos.
Estás inmóvil como loba estéril luna
entre tanta gente que consume al bailoteo.
Es embarazoso, para los que te quieren, lo que ocurre
Y eso que han comido
y bebido largamente en estos días tus caninos.
Por eso ya no toques más
esa canción
que aullando permanece mi manada a tus latidos.
Que no la toques más, te digo.
Estás inmóvil como loba estéril luna
entre tanta gente que consume al bailoteo.
Es embarazoso, para los que te quieren, lo que ocurre
Y eso que han comido
y bebido largamente en estos días tus caninos.
Por eso ya no toques más
esa canción
que aullando permanece mi manada a tus latidos.
Que no la toques más, te digo.
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